viernes, diciembre 01, 2006

Cómplices


Los conflictos que sacuden al fútbol por estos días son de público conocimiento. Si bien la crisis parece haberse desatado por hechos recientes, posee raíces que fueron creciendo y se fortalecieron en los últimos años. Este asunto de resonancia mediática, en base a pasadas experiencias es muy probable que se “emparche” con alguna medida momentánea o simplemente con el olvido, para que todo continúe más o menos igual. Con el fin de realizar un cambio verdadero es necesario que todos los que estamos ligados a este querido deporte realicemos una fuerte autocrítica para modificar las cosas, aunque más no sea por intermedio de nuestro pequeño aporte.
Uno de los conflictos visibles de esta crisis es la impunidad y el poderío que han alcanzado los denominados “barras bravas”. Estos personajes, que fueron ganando espacio gracias a favores de la dirigencia tanto futbolística como política, hoy parecen intocables e inimputables. Entre otras cosas, viajan en primera clase a los mundiales, pasan sus vacaciones en lugares donde poca gente puede acceder económicamente y hasta disponen si se juegan o no los partidos.
Además de la responsabilidad en este tema que le cabe a la dirigencia o a la policía ¿Cuál le corresponde a los hinchas y a los medios de comunicación? ¿No son cómplices todos aquellos que celebran con cantos especiales cuando este grupo fácilmente identificable ingresa (generalmente a los empujones) al sector central, que bajo amenazas les reservan sus adelantados? ¿No es cómplice la televisión que registra este hecho como si tuviera una relevancia especial? ¿O que los filma específicamente en cada celebración de gol?
Ante esto, como hinchas ¿Qué se puede hacer? Se puede reflexionar, no dejarse arrastrar por la masa y evitar aquellas actitudes que promuevan la violencia e impunidad de estos personajes. Porque por más que parezcan muy poderosos, sin el apoyo tácito de todos los participantes de este deporte (incluidos los jugadores, que por ejemplo sólo saludan hacia aquel sector caracterizado cuando salen a la cancha, incluso hasta cuando la misma está llena en los cuatro costados), quedarían expuestos a la reprobación general, la cual (de existir) por el momento parece no afectarles en lo más mínimo.

Diego Fioravanti