Ranking Rústico
Tal vez sea producto del exceso de oferta de programas en cable que hablan sobre fútbol.
Ellos se presentan como la guardia jóven que sabe analizar detenidamente los misterios del balompié.
Hacen un seguimiento detenido del planteo táctico del nuevo Boca de Lavolpe.
Buscan antecedentes en los archivos, para hacer estadísticas en un deporte al que el gran Dante Panzeri definía como “dinámica de lo impensado”.
Destacan la tarea de algún jugador en particular (y si les regala la camiseta mucho mejor).
Pero al mismo tiempo, muestran el lado más hipócrita de la actualidad del periodismo deportivo en la Argentina.
Si bien no se visten con trajes impecables como los impresentables del canal deportivo competidor, vanaglorian ciertos aspectos del fútbol más que cuestionables.
En primer término, fue la aparición de un programa que resaltaba las actitudes más primitivas del hincha de fútbol: los cánticos insultantes y violentos hacia los equipos rivales, las amenazas eternas (“no existis”, “los vamos a matar”), las preguntas innecesarias (“qué hacés si te sale un hijo hincha de...”). Tal vez, el éxito incomprensible de ese programa se debió a que en esta era de realitys y de la necesidad desmedida de estar en la TV, les permitió a los anónimos de la tribuna tener sus 15 minutos de gloria.
Posteriormente, con su programa de los domingos a la medianoche, habían logrado una apuesta interesante al dedicarle a todos los partidos el mismo espacio (al contrario de lo que hace el programa clásico de los domingos), centrando la mirada sobre el juego. Pero con el correr del tiempo, el eje del programa se corrió hacia la búsqueda de la complicidad y el chiste fácil con los protagonistas. Incluso, llegando al paroxismo de establecer como figura emblemática a Mauro Laspada, un jugador extremadamente violento (recuerden la patada descalificadora a Palacio) y poco habilidoso con el balón en sus pies (a Laspada le sirvió, ya que terminó haciendo publicidades a pesar de que su carrera profesional se encuentra a la deriva en el Nacional B).
El éxito del programa de los domingos, llevó a la dupla a tener un programa diario. Repitiendo el esquema del programa de los domingos (aunque ahora podían obtener la complicidad de los jugadores en los entrenamientos), el programa se transformó en un reflejo absurdo y grotesco de lo que había comenzado siendo el programa originario. Y entre lo más destacado, está la sección que da título a esta nota: el ránking rústico. En este ránking no sólo se ven los pifies y errores de los jugadores, sino también las patadas más violentas de los partidos, recibiendo la correspondiente calificación (a mayor violencia, mayor puntaje). Completando la triste sección, una tabla de posiciones destaca a los más rústicos del fútbol nativo.
Un ejemplo más de que el fútbol argentino, no sólo atraviesa una seria crisis por culpa de una dirigencia corrupta y un periodismo funcional. Los nuevos periodistas, prefieren mirar para otro lado, no vaya a ser que pierdan “aire”.
Nicolás Quinteros
Ellos se presentan como la guardia jóven que sabe analizar detenidamente los misterios del balompié.
Hacen un seguimiento detenido del planteo táctico del nuevo Boca de Lavolpe.
Buscan antecedentes en los archivos, para hacer estadísticas en un deporte al que el gran Dante Panzeri definía como “dinámica de lo impensado”.
Destacan la tarea de algún jugador en particular (y si les regala la camiseta mucho mejor).
Pero al mismo tiempo, muestran el lado más hipócrita de la actualidad del periodismo deportivo en la Argentina.
Si bien no se visten con trajes impecables como los impresentables del canal deportivo competidor, vanaglorian ciertos aspectos del fútbol más que cuestionables.
En primer término, fue la aparición de un programa que resaltaba las actitudes más primitivas del hincha de fútbol: los cánticos insultantes y violentos hacia los equipos rivales, las amenazas eternas (“no existis”, “los vamos a matar”), las preguntas innecesarias (“qué hacés si te sale un hijo hincha de...”). Tal vez, el éxito incomprensible de ese programa se debió a que en esta era de realitys y de la necesidad desmedida de estar en la TV, les permitió a los anónimos de la tribuna tener sus 15 minutos de gloria.
Posteriormente, con su programa de los domingos a la medianoche, habían logrado una apuesta interesante al dedicarle a todos los partidos el mismo espacio (al contrario de lo que hace el programa clásico de los domingos), centrando la mirada sobre el juego. Pero con el correr del tiempo, el eje del programa se corrió hacia la búsqueda de la complicidad y el chiste fácil con los protagonistas. Incluso, llegando al paroxismo de establecer como figura emblemática a Mauro Laspada, un jugador extremadamente violento (recuerden la patada descalificadora a Palacio) y poco habilidoso con el balón en sus pies (a Laspada le sirvió, ya que terminó haciendo publicidades a pesar de que su carrera profesional se encuentra a la deriva en el Nacional B).
El éxito del programa de los domingos, llevó a la dupla a tener un programa diario. Repitiendo el esquema del programa de los domingos (aunque ahora podían obtener la complicidad de los jugadores en los entrenamientos), el programa se transformó en un reflejo absurdo y grotesco de lo que había comenzado siendo el programa originario. Y entre lo más destacado, está la sección que da título a esta nota: el ránking rústico. En este ránking no sólo se ven los pifies y errores de los jugadores, sino también las patadas más violentas de los partidos, recibiendo la correspondiente calificación (a mayor violencia, mayor puntaje). Completando la triste sección, una tabla de posiciones destaca a los más rústicos del fútbol nativo.
Un ejemplo más de que el fútbol argentino, no sólo atraviesa una seria crisis por culpa de una dirigencia corrupta y un periodismo funcional. Los nuevos periodistas, prefieren mirar para otro lado, no vaya a ser que pierdan “aire”.
Nicolás Quinteros
3 Comments:
Muy buena nota Nicolás, te felicito. Excelente crítica al nuevo periodismo deportivo (nunca) comprometido.
Diego
Nico :excelente tu comentario ,esperemos que seamos muchos los que pensamos asi como vos tenemos que terminar con esta television "canibal" que se sigue alinetando este estilo nuevo y ¿piola? de hacer ¿periodismo?
Muy buena la nota Nico. Invita a reflexionar y a que nosotros pensemos porque tambien "le damos de comer" a esta gente
Saludos
Beto Couso
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