martes, septiembre 26, 2006

Sangrando por la Herida


“A verrr...” “Se está poniendo aburrido” “¿Cómo iba esto?” “Ese de ahí abajo ya me tiene ‘podrido’” “Con esto le doy un corte a este sufrimiento” “Después, señores, me lo van a agradecer” “Y que no se confunda. Esto no tiene nada que ver con broncas y frustraciones de la semana” “No señor. Hoy vine de buen humor” “¡Listo, lo decidí! La gente espera un justiciero y yo puedo dárselo” “Están esperando que actúe” “Además, lo hubieras pensado antes, cuando levantabas la bandera” “Sos un personaje público y por lo tanto, me perteneces” “Por carácter transitivo, hago lo que quiero con vos” “¡Por algo pagué la entrada!” “¡Si pagas la entrada tenes derecho a protestar, de la manera que sea!

Segundos después el juez de línea Horacio Herrero yace tendido en el límite entre el “dentro” y el “fuera” del campo de juego del Cementerio de los Elefantes, escenario ilustre y hogar del Club Colón de Santa Fé.

El agresor, completando la imagen grotesca, no solo no escapa, ni se escabulle entre el gentío, sino que vuelve a sentarse. Como un animal de sangre fría. Helada. Satisfecho con su puntería, como un empleado administrativo una vez que organizó el escritorio y ordenó la papelería. Con la satisfacción del deber cumplido. O quizá disfrutándolo como un niño en una kermese cualquiera, luego de haber derribado la pirámide de latas con una pelota hecha de lana. “Me llevo el martillo inflable. No. ¡Mejor el oso de peluche!”.

Para hacer más burda la escena, se puede apreciar que, el fácilmente identificable sujeto, pertenece a la platea del equipo local. O sea, de Colón. Se trataría de un dato menor, pero no lo es. En el momento de la agresión, Colón vence a Velez por 1 a 0. Pobre Colón, que le cuesta tanto ganar en este Apertura 2006, y encima un imbécil que se viste, que canta, que alienta, que putea, y que dice ser hincha del Sabalero, le pone palos en la rueda para que la tarea sea más ardua.

La introducción de este artículo, llena de pensamientos que pueden parecer ficticios y hasta humorísticos, no es más que una ‘copilación’ de muchas de las frases utilizadas por los “enemigos del fútbol” como justificativo para producir una conducta agresiva. Pensándolo así, no son tan divertidas, ¿no?

Continuando con el hecho, la imagen de TV nos muestra otro hincha de Colón que indignado por la acción, a punto de desencajarse, se aproxima al Elegido (Señor, guía mi mano con este encendedor...), y comienza a golpearlo entre dos asientos de platea, hasta que la ira y bronca son saciadas. Luego, la policía se hace presente, detiene al golpeado ‘francotirador’ y se lo lleva, platea arriba, mientras es escupido y golpeado por el resto de los hinchas que minutos atrás aplaudían la golpiza que le habían propinado.

Mientras tanto, la cámara nos muestra nuevos eventos en el propio campo de juego. Lo que allí veo es la continuación de lo que sucede en la tribuna. Un grupo compuesto por deportistas, jueces, periodistas, galenos y extraños, rodean al línea que permanece tumbado de lado con sangre emanando de su cabeza. Lo que observo ahora me preocupa aún más: Algunos jugadores y otros tantos periodistas preguntando si se puede continuar el encuentro (¡que mal acostumbrados estamos!). Pensar que a veces en broma, como folklore del fútbol se suele decir en estas situaciones: “Tapalo con un diario y seguimos”. Acá se quería seguir pero sin molestarse en taparlo. ¡Ni esfuerzo en el diario se hace!.

Fuera de la ironía, también se escucha “El juez está bien, puede seguir” “No es para tanto el golpe”. Podríamos seguir con más frases: “No está inconsciente”, o “no murió”, pero ya sería mucho. Saúl Laverni, juez del encuentro, decidió en forma acertada suspender el encuentro al instante. “¿Por qué?” le preguntaron. “¿Vos ves lo mismo que yo?”, cerró el juez. El jugador que reclamaba puso cara de “Si, veo lo mismo que vos, pero lo interpreto de manera distinta”.

Todo esto no solo sucedió en Colón-Velez. Esto se repite cada vez que cae algún protagonista del fútbol por culpa de un elemento contundente.

Luego, lo peor. Grupos de investigación, tratando de apreciar en Cámara Lenta y ¿por qué no? ‘Superlenta’, en que sector del cráneo dio la roca, botella, encendedor, moneda, etc. Como si fuera necesario probar que el jugador realmente fue golpeado. ¿Es necesario? Algunos creen que sí.

Me gustaría probar la teoría a través de un experimento. La única manera que esto se comprenda con lógica sería: Elegir una oficina (o cualquier establecimiento) al azar e instalar una cámara adentro. Pedirle a un grupo de ‘forajidos’ (si han ingerido drogas y alcohol, mucho mejor) que ingresen a dicho establecimiento con elementos contundentes. El paso tres sería una lluvia de elementos por encima de la cabeza de cada integrante de la oficina. Entonces, a partir de ahora, los empleados deberán hacer caso omiso a los proyectiles, continuando con su trabajo como si nada ocurriese. En el caso que alguno de ellos sea alcanzado por uno de elementos voladores, no podrá negarse a continuar trabajando a menos que se pruebe que sus facultades están realmente reducidas y no puede rendir de la misma manera. Mientras tanto, estando este empleado en el piso, el resto deberá dudar de los síntomas del herido. Para finalizar, un conjunto de personas se sentará a ver el video, no para identificar al malviviente sino para apreciar si el empleado ha exagerado la agresión. De ser así, se le descontará del sueldo el tiempo perdido por la supuesta ‘actuación’.

¿Es claro el ejemplo?

Ya se ha visto algo así. Se ha sancionado a Bazán Vera, en ese momento jugador de Unión de Santa Fé, por fingir haber sido impactado por un baldosón que surcó el aire a centímetros de su cabeza. Recuerdo este caso por ser el más reciente. Pero no fue el único. Hubo algunos más.

Siempre atacando el mal MENOR y obviando el mal MAYOR. ¿Es posible que sea más grave el agredido fingiendo que la propia agresión, aún cuando ni siquiera acierte el objetivo?. ¡Le lanzó una piedra! “Pero no le pegó”, ¡¡pero quiso romperle la cabeza!! “Pero no lo logró”.

Esperemos que de una vez por todas, el próximo proyectil, sirva para “abrirle la cabeza” a los encargados de bregar por un Deporte en Paz.

Sergio Simionato

2 Comments:

At 10:52 a. m., Anonymous Anónimo said...

Grande Sergio. Ojala la gente tome conciencia que el futbol no deja de ser solo un deporte con tres resultados posibles: triunfo, empate y derrota, y que una derrota no es la muerte de nadie, y que todos tambien nos podemos equivocar

Saludos

Beto

 
At 4:56 p. m., Anonymous Anónimo said...

realmente excelente el informe sergio.

el pela

 

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