In Memoriam
José Luis Sanchez: Adiós a un pedazo de Fútbol
Lágrimas de tristeza y oscuro luto, porque se despidió de este mundo un jugador emblema del “fútbol espectáculo”. Nunca se dedicó a ser como la mayoría, escapó siempre al prototipo de jugador de “este fútbol actual” (como le gusta decirle al hincha mediocre). Y entendió que si el deporte es fútbol, hay como mínimo, que jugar al fútbol.
Después vendrán otros aditivos, como la garra, personalidad, coraje, despliegue, fortaleza, etc.; pero primero está el fútbol. Y de eso él sabía; y mucho. Pedirle al jugador de fútbol que “primero corra y después juegue” (como reza el lema del hincha medio pelo), es como pedirle a un corredor de 100 metros llanos, que haga jueguitos, meta un caño o gambetee y luego se dedique a correr. O el equivocado es el deporte o el hincha. Yo me inclinaría por la segunda opción.
José Luis “Garrafa” Sánchez siempre se divirtió dentro de un campo de juego, mientras divertía al espectador. Una especie de artista que encandilaba y hacía sonreír a la otra camada de hinchas (a la que disfruta lo impensado, lo mágico), a sus propios compañeros e incluso a rivales, que se mordían los labios y apretaban los puños para evitar detenerse a aplaudirlo, sabiendo que ese gesto era causal de divorcio con su propia hinchada.
Y al igual que Zidane, o El Pibe Valderrama, entre otros, no necesitaba más que décimas de segundo para cambiar el transcurso de un partido. La pelota solo besaba su botín y era tiempo suficiente para habilitar a un compañero en posición de gol.
Y vaya paradoja que el jugador más lento en apariencia física era el más rápido con la cabeza y la pelota; demostrando que podía recorrer la misma distancia que un atlético jugador de 20 años, en mucho menos tiempo, mediante una simple fórmula: la pelota corre más rauda y veloz que cualquier jugador sobre la Tierra. Nada de trasladar de más; la gambeta era un recurso y no un sistema; siempre encontraba un jugador libre. Tenía un par de ojos para cada uno de sus compañeros y el mapa de la cancha en su cabeza llena de fantasía.
Como olvidar sus caños, sus tacos, sus asistencias, su danza antes de ajusticiar con una caricia a sus víctimas en cada penal del que se encargó, sus sutilezas, sus tiros libres.
Nunca jugó en Europa, ni tuvo un pase millonario, pero no fue necesario. Laferrere, El Porvenir, Bella Vista de Uruguay, Banfield, y nuevamente Laferrere, lo tuvieron como jugador y abanderado del buen pie, pero Garrafa nunca tuvo camiseta. Hay hinchas de Boca, de River, de Fénix, de Atlético Tucumán, y de todos y cada uno de los clubes existentes, pero también hay hinchas de Garrafa, a secas. Un iluminado.
Su luz se apagó el 9 de enero de 2006, un par de días después de intentar la que sería su última pirueta, esta vez sobre dos ruedas.
Siempre fue mejor con la redonda, y el público se lo agradece, pero también lo llora, porque se llevó consigo un pedazo de FÚTBOL.
Sergio Simionato
Lágrimas de tristeza y oscuro luto, porque se despidió de este mundo un jugador emblema del “fútbol espectáculo”. Nunca se dedicó a ser como la mayoría, escapó siempre al prototipo de jugador de “este fútbol actual” (como le gusta decirle al hincha mediocre). Y entendió que si el deporte es fútbol, hay como mínimo, que jugar al fútbol.
Después vendrán otros aditivos, como la garra, personalidad, coraje, despliegue, fortaleza, etc.; pero primero está el fútbol. Y de eso él sabía; y mucho. Pedirle al jugador de fútbol que “primero corra y después juegue” (como reza el lema del hincha medio pelo), es como pedirle a un corredor de 100 metros llanos, que haga jueguitos, meta un caño o gambetee y luego se dedique a correr. O el equivocado es el deporte o el hincha. Yo me inclinaría por la segunda opción.
José Luis “Garrafa” Sánchez siempre se divirtió dentro de un campo de juego, mientras divertía al espectador. Una especie de artista que encandilaba y hacía sonreír a la otra camada de hinchas (a la que disfruta lo impensado, lo mágico), a sus propios compañeros e incluso a rivales, que se mordían los labios y apretaban los puños para evitar detenerse a aplaudirlo, sabiendo que ese gesto era causal de divorcio con su propia hinchada.
Y al igual que Zidane, o El Pibe Valderrama, entre otros, no necesitaba más que décimas de segundo para cambiar el transcurso de un partido. La pelota solo besaba su botín y era tiempo suficiente para habilitar a un compañero en posición de gol.
Y vaya paradoja que el jugador más lento en apariencia física era el más rápido con la cabeza y la pelota; demostrando que podía recorrer la misma distancia que un atlético jugador de 20 años, en mucho menos tiempo, mediante una simple fórmula: la pelota corre más rauda y veloz que cualquier jugador sobre la Tierra. Nada de trasladar de más; la gambeta era un recurso y no un sistema; siempre encontraba un jugador libre. Tenía un par de ojos para cada uno de sus compañeros y el mapa de la cancha en su cabeza llena de fantasía.
Como olvidar sus caños, sus tacos, sus asistencias, su danza antes de ajusticiar con una caricia a sus víctimas en cada penal del que se encargó, sus sutilezas, sus tiros libres.
Nunca jugó en Europa, ni tuvo un pase millonario, pero no fue necesario. Laferrere, El Porvenir, Bella Vista de Uruguay, Banfield, y nuevamente Laferrere, lo tuvieron como jugador y abanderado del buen pie, pero Garrafa nunca tuvo camiseta. Hay hinchas de Boca, de River, de Fénix, de Atlético Tucumán, y de todos y cada uno de los clubes existentes, pero también hay hinchas de Garrafa, a secas. Un iluminado.
Su luz se apagó el 9 de enero de 2006, un par de días después de intentar la que sería su última pirueta, esta vez sobre dos ruedas.
Siempre fue mejor con la redonda, y el público se lo agradece, pero también lo llora, porque se llevó consigo un pedazo de FÚTBOL.
Sergio Simionato
3 Comments:
LA VERDAD QUE MUY BUENO NO SOLO LA NOTA SINO ADEMAS TODOLO EXPRESAD CON RESPECTO A GARRAFA , UN FENOMENO CON TODAS LAS LETRAS PAA AQUELLOS QUE GUSTAN DEL BUEN FUTBOL Y NO SOLO DE ESO SINO TAMBIEN CON AQUELLOS QUE SOÑAMOS CON SEGUIR VIENDO EL Nº 10 IDEAL , EL ENGANCHE, EL CREADOR, EL DE SIEMPRE,QUE NO DESAPAREZCA,BIEN SERGIO,TE FELICITO.
Muy bueno Sergio.
Pepe.
Muy bueno Sergio. Como siempre, son los que llevan al futbol bien alto los que se destacan y dejan una huella en nuestros corazones y retinas. Y Garrafa, para el que sabe algo de Futbol, fue uno de esos. Mejor expresado imposible.
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