martes, agosto 15, 2006

S.O.S. Peligro de extinción


A poco de haberse iniciado el siglo XXI, una nueva especie comienza a desaparecer. Sabemos que Greenpeace tiene muchos asuntos por resolver, y no deja de desdoblarse para poder cubrir todos los frentes posibles. Pero en medio de su vorágine, olvidó atender a cierta especie que se extingue en forma casi irreversible. Talentosum Creativum es el nombre científico y en tiempos pasados corría libre por todo el verde césped. Luego, en la década de los 80’ y comienzos de los 90’ se lo solía encontrar en cualquier campo de fútbol, pegado a la línea de cal y se lo reconocía como un socialista puro, generalmente “zurdo” jugando por “izquierda”, encargado de darles juego a “todos por igual”.

Los tiempos cambiaron, y tuvo que emigrar de aquel sector izquierdo, punto estratégico del que surgían sus principales características creativas. Es que aquel sector izquierdo comenzó a habitarse con un fiero depredador, Carrilerus Velocim, que no aceptó compartir su hábitat con un ser tan “diferente”. El Talentoso Creativo, entonces tuvo que refugiarse bien en el centro del campo, y de mitad de cancha en adelante, resignándose a ver poco y nada a su querida línea de cal. Desde su nueva ubicación entre los volantes de recuperación y los delanteros, actúa como nexo, como “enlace” o como se lo suele denominar, “Enganche”. Los cazadores rivales ponen su mira en él, rápidamente, y desde el minuto cero, éste hábil ser, será partícipe de un ritual consistente en resistir todo tipo de agresiones, ataques y golpes, que tienen el objetivo directo de amedrentarlo.

Será reconocido fácilmente por señas particulares comunes a toda la “especie”: una mente lúcida, un trato delicado del balón, celeridad en la resolución de cada jugada, capacidad de habilitar a cualquier compañero, generalmente una buena pegada, liderazgo y conducción del equipo, panorama, sorpresa e imprevisibilidad, manejo de los tiempos y el freno, mentalidad ofensiva, etc. Sus armas serán las asistencias o pases gol.

Se lo suele castigar con mucho más rigor que al resto de sus compañeros, y seguramente se le exigirá actuaciones sobresalientes todo el tiempo. Si está iluminado, posiblemente varios niños le digan a su padre “yo quiero ser como él”, será expuesto en medios masivos de comunicación, su cotización se duplicará, y sus calificaciones en los diarios oscilarán entre un 8 y un 10. Si no es su día, será castigado con el máximo rigor, abucheado por propios, “cargado” por extraños, se trasformará en ‘cambio cantado’, su cotización se volverá irrisoria, y sus calificaciones oscilaran entre un 5 y la nada. Si sus bajas actuaciones son más de 3 y en forma consecutiva, el entorno preguntará si no es momento del “retiro”.

Cuando sus actuaciones sean descollantes y merecedoras de elogios, se le pedirá más lujos, más magia, más creatividad, y se aplaudirá cada vez que sus pruebas lleguen a realizarse. Incluso se aplaudirá un buen intento, aún cuando su resultado no haya sido satisfactorio. Pero, cuando su performance no sea de las mejores, será insultado por cada pirueta, abucheado por cada lujo (muchas veces, hasta cuando saliera bien), y se le exigirá que trabe cada balón con sus dientes, que persiga a cada rival que se acerque con peligro de gol, que ponga “huevos”, y de vez en cuando, que pegue alguna patada. Como son seres humanos, sentirán la tentación de hacer caso al “oscilante clamor popular”, y llevar a cabo las nuevas premisas, preguntándose a cada segundo “¿Por qué me aplauden más cuando me tiro al suelo que cuando dejo un compañero mano a mano?”. En muchos momentos sentirá el deseo de abandonar sus ideales, e incorporarse a la “media”. Llegado ese punto, se cuestionará una y otra vez: “¿Por qué será que a mí me piden sacrificio (además de creación) y al sacrificado nunca le piden creación? ¿No es que somos todos iguales? ¡Entonces hagamos todos lo mismo!”. Casi en la totalidad de los casos, no tendrá compañía en su actividad y deberá encargarse de la ‘conducción’ en soledad, mientras que, los encargados de neutralizarlo, serán un staff por demás numeroso.

Muchas veces se dirá que no tiene agallas, pero nadie se animará a pedir el balón cuando el equipo se encuentre en desventaja (y el balón tenga temperaturas superiores a “aceite hirviendo”), o cuando falten pocos minutos para finalizar el encuentro en cuestión. Solo él. Solo él pedirá la pelota, a pesar de los riesgos, e intentará descubrir a cada compañero ‘escondido’ tras su marca (en forma intencional, a modo de protección). Sus enemigos ocultos serán el campo de juego en mal estado y un modelo nuevo de balón indomable. “¡Pero, si la pelota y la cancha son iguales para todos!”, dicen los poco informados. Sí, pero para crear hace falta que la pelota y el campo colaboren; en cambio, para destruir, lo ideal es más caos.

Además, este acongojado Ser busca ‘conversar’ con todos, busca hacer amigos, pero pocos lo comprenden, y casi nadie le contesta en su idioma. Finalmente, también se gana la enemistad de la mayoría de los colegiados, que, al ver que a través de sus dotes naturales marca diferencias, deciden reducir la brecha, a través de fallos con injusta comparación de ‘sensibilidad’. Si un Talentoso “roza” a un jugador Destructor, siempre se marcará falta. En esos casos no hay jueces “siga-siga”. El juez permisivo, solo lo es, cuando el ‘golpeado’ es el Talentoso. Sus marcadores suelen castigarlo casi sistemáticamente, y dichos castigos reciben rara vez la pena correspondiente. El Enganche tiene entonces, dos modos de defensa: por un lado, puede hacer justicia por “mano” propia, por lo que recibirá, él sí, una sanción ‘ejemplificadora’. Muchas veces expulsión. Por otro lado, podrá denunciar verbalmente a su agresor, exigiendo una mayor severidad a las autoridades, pero en este caso, será abucheado por ‘periodistas’ e ‘hinchas’, que lo catalogarán de “Sin Códigos” o de “jugador miedoso” (con otras palabras). Esos mismos ‘periodistas’ e ‘hinchas’, en cambio, sí interpretaran de “Con Códigos” a cada jugador que pegue un golpe artero, ya sea codazo, trompada, o patada con intensión de lesión. Esas serán, “cosas del fútbol”. El Talentoso deberá desembocar, casi por obligación, en una tercera opción que consiste en jugar, “ligar”, levantarse y callado, volver a jugar.

Si por algún designio divino, algún plantel cuenta con dos jugadores Creativos, será un desperdicio, ya que pocos Directores Técnicos deciden juntarlos en la cancha, y por lo tanto, las deducciones al respecto quedarán truncas. Hagan lo que hagan en una cancha siempre vivirán a la sombra de grandiosos jugadores que se desempeñan o se han desempeñado en esa posición.

En el Mundial Alemania 2006, solo se pudo ver algo de Riquelme (Argentina) y Kaká (Brasil), poco de Totti y Del Piero (Italia) y el único que salió airoso fue Zidane (Francia). El resto de las selecciones decidió prescindir de sus servicios. El comienzo de un nuevo año futbolístico en Argentina, da la pauta que cada día son menos. River decidió mandar a Gallardo como 5, Gianni en Argentinos se tira a los costados. Marino (Boca), Giovanni Hernández (Colón), Raimonda (Arsenal) y Maxi Morales (Racing), parecen ser de los últimos que quedan en primera A. En el Ascenso, Romano (Chacarita), Ledesma (Atlanta, aunque no juegue de entrada), Zen Bonacorsi (Brown de Adrogué), El Pepe Monje (Tristán Suárez), Orsi (Armenio) y no muchos más... es demasiado poco.

Cuidémoslos, que cada vez hay menos. Espero que no terminen siendo exhibidos en una jaula de zoológico, al lado de los Osos Panda y los Tigres de Bengala.

Espero que no llegue nunca el momento en que algún padre tenga, con tristeza, que revelarle a su pequeño: “Papá Noel y Los Creativos Talentosos no existen, hijo”.

Sergio Simionato

2 Comments:

At 4:02 p. m., Anonymous Anónimo said...

No se mucho de futbol,...poco o nada.. pero daré mi humulde opinión sobre este artículo, paralelismo entre las especies en extinción y los buenos jugadores,..creativos..Si realmente estan en extinción algo esta fallando, esta para hacerse la pregunta poruqe y como modificar esa pérdida.
Muy buena la nota realmente es para pensar...
Marta

 
At 7:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

La verdad entre y lei la nota me parecio comun hay que ponerle ganas cuando se dedican a esto, no hay que escribir cualquier cosa que se les ocurra no pierdan el tiempo haciendo cosas que solo los satisfacen a los que no tienen nada que hacer, mas que estar atras de una pelota pero sigan intentandolo

 

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